Tu Ausencia

Voces tristes y fúnebres, acompañan mi día
me exhortaron a la paz, sin saber mi dura apoplejía
todo cuanto me destruyó podrá resultar ya hecho
pues la mano ígnea de la transición tocó tu celestial pecho
convirtiendo ese constante y musical pulso allegro
en un único, eterno y lacerante silencio en negro

Habitaban en esos alegres ojos esmeraldas
un regalo a todo mundo lleno de esperanza
dádiva, perdida ahora, entre tantas almas

La criatura desorientada, oh… ¡con tanto miedo!
¿No había en su mirar un imperturbable sueño?
caminando campos elíseos, le imagino
y el terror de su desconcierto me sobrevino

Pero no te dejaré, querida mía
le gritaré a la del velo obscuro de cianuro
que no quiero flores de variados nombres

¡Ni epitafios labrados, ni recuerdos de tu dulzura!
sólo quiero tenerte de nuevo en brazos, junto a mí
muero porque renazcas para no vivir un día más sin ti

Como una primavera eterna, como un atardecer infinito
te recuerdo, amada, te veo sonreír una vez más
para darme el valor necesario, y un viaje tomar
hacia el reino de la calavera que osó tu vida robar

Prometo acompañarte, aunque me cueste toda la sangre
me sumiré en el más profundo recuerdo durante el trayecto
y tomando la fuerza de todos los inolvidables momentos
me sumiré en el deseo de lo occiso, dejando atrás a la carne

Mi vida, ¡hasta pronto y prometo de nuevo verte!
es cuestión de vida, o más bien es sólo acción de muerte
dejo que fluya en mi garganta este pase a tu compañía…
ahora es cuestión de tiempo, hija mía